Mirko Jozic, uno de los nombres más sagrados en la historia alba, volvió a aparecer desde su natal Croacia para abrir una ventana íntima a los años que marcaron su carrera y también su vida. A sus 85 años, el técnico campeón de América en 1991 sorprendió con una reflexión profunda sobre lo que significó dirigir a Colo Colo en tiempos donde su país atravesaba una guerra.
En conversación con el programa Socios por el Mundo, el exentrenador recordó cómo vivió dividido entre el orgullo de hacer historia en el Monumental y la angustia de recibir noticias desde Europa, donde su familia y amigos enfrentaban un escenario devastador.
⚽ Mirko Jozic sobre Colo Colo y su vínculo eterno
Jozic no escondió que esos años dejaron huellas difíciles de borrar. “Cuando estás contento por razones deportivas, pero cargando lo que pasa en casa, no puedes vivir tranquilo”, expresó en un testimonio que remeció a los fanáticos albos. Aseguró que, aunque se entregó por completo al proyecto colocolino, nunca pudo desconectarse emocionalmente de lo que ocurría en su tierra.
El exentrenador confesó también que el retiro del fútbol llegó casi como una necesidad. Sin incentivo y con la mente desgastada, decidió alejarse del deporte para recuperar algo de paz: “No era la misma persona”, admitió con crudeza.
Mirko Jozić estuvo en socios por el mundo y habló sobre su retiro del futbol
— Hanti (@Hanti09) November 15, 2025
– "Ya no tenía fuerzas, cuando salí de Chile nunca volví a ser el Mirko de Colo-Colo"
– "Porque? Porque Colo-Colo para mi fue algo diferente, sentimos a Chile como nuestro país" pic.twitter.com/1DdGesw3Jn
🇭🇷 Un antes y un después tras dejar Chile
Uno de los momentos más potentes de su relato fue cuando reconoció que nunca volvió a sentirse igual después de partir del país. “No volví a ser el Mirko de Colo Colo”, dijo, marcando la importancia emocional que tuvo su paso por Macul.
Jozic recordó que su llegada al club no fue por dinero, sino por amistad y convicción. Con su familia, aseguró, llegaron a sentir a Chile como un segundo hogar. Un mensaje que confirma por qué su nombre sigue grabado con tinta dorada entre los hinchas albos.