wild card en el Masters 1000 de Cincinnati tras uno de los años más complicados de su carrera.
El tenista chileno reveló que la neuronitis vestibular no solo afectó su equilibrio, sino que lo sumió en una profunda depresión que lo obligó a buscar ayuda psiquiátrica para superar los momentos más oscuros.
Jarry describió el 2024 como “el peor semestre de mi vida”, marcado por diagnósticos equivocados y falsas esperanzas de recuperación. La enfermedad, que afecta el nervio vestibular del oído interno, le provocó vértigo, náuseas y pérdida de equilibrio, impidiéndole entrenar con normalidad durante meses.
🧠 ¿Cómo la neuritis afectó la su salud mental de Jarry?
Jarry confesó al diario El Mercurio que al regresar a Chile “entré en depresión, no tenía ganas de salir de la cama y tuve que hablar con mi psiquiatra para empezar a tomar algo que me ayudara“. La incertidumbre médica agravó su estado: múltiples doctores prometían recuperación en semanas, pero los plazos se extendían indefinidamente.
🏥 ¿Quién apoyó a Jarry durante la crisis?
Su esposa Laura Urruticoechea fue fundamental para salir adelante, ayudándolo “a aceptarlo y a disfrutar los pequeños momentos con mis hijos”. También destacó el respaldo de Nicolás Massú en la Copa Davis de China y la sinceridad del doctor Alejandro Orizola, quien fue “de los pocos que me dijo desde el principio que tuviera paciencia y que podía ser largo”.
🎾 ¿Cómo cambió Nicolás Jarry su enfoque del tenis?
Durante el último cuarto de 2024, Jarry modificó su mentalidad: “Empecé a tomarme ese tiempo de otra forma, tratando de pasarlo bien pese a saber que podía estar todo ese tiempo sin ganar un partido“. Este cambio le permitió redescubrir el amor por el deporte, un aprendizaje que “valoro mucho y me acompaña hoy en día”.