En un partido lleno de angustia y sufrimiento, el tenista nacional Fernando González (12º de la ATP) sucumbió este viernes por 3-6, 5-7, 7-5, 6-4 y 4-6 ante el sueco Robin Soderling (25º) y no logró alcanzar la final de Roland Garros, segundo Grand Slam de la temporada.

En las tres horas y 25 minutos de partido, el tenista nacional logró remontar dos sets en contra, pero en los momentos decisivos del quinto y definitivo parcial el chileno flaqueó y le permitió al escandinavo instalarse en el duelo decisivo del torneo parisino, en la que jugará ante el ganador del choque entre el argentino Juan Martín del Potro (5º) y el suizo Roger Federer (2º).


González lo tuvo todo para seguir escribiendo hitos en la arcilla de París, pero la mala suerte, el destino, y el propio Robin Soderling lo impidieron. No debe ser fácil para el chileno este momento. Remontar dos sets ante un jugador que parecía intratable y luego tener un quinto set tan favorable para terminar masticando la derrota, debe ser duro.

 

Imagen
Robin Soderling acabó con el sueño del número uno de Chile. (Foto: EFE)

 

El partido tuvo emociones desde los primeros juegos. El santiaguino comenzó de forma positiva, ya que quebró en el tercer juego, alimentando la ilusión de todos los chilenos. Sin embargo, con el correr de los minutos, nuestro crédito fue perdiendo precisión en sus servicios y sumó muchos errores.

El sueco, ni tonto ni perezoso, levantó su nivel y se inspiró. Con grandes derechas y  golpes profundos se llevó la primera manga por 6-3 en 34 minutos.

El chileno no lograba jugar cómodo y se veía demasiado errático, esperando el error de su oponente, quien al otro lado de la malla se mostraba muy concentrado. Esa inspiración le permitía al escandinavo mostrar un nivel superlativo, ya que movía de lado a lado al de La Reina, quien sólo atinaba a defenderse constantemente, cosa extraña en el esquema del número uno nacional, quien acostumbra a jugar al ataque.

Descolocado y sin poder tomar la iniciativa, González no contrarrestó los notables y variedad de golpes que tiraba el escandinavo desde el otro lado de la cancha. Pese a todo, tuvo un set point en el noveno juego, pero falló y eso hizo crecer al europeo, quien ganó dos juegos sucesivos para llevarse el segundo set por 7-5 en 52 minutos.

 

Una remontada con un final amargo

A partir del tercer set el partido cambió de rumbo.  El duelo se mantuvo muy equilibrado y el chileno mostró otra actitud. Mostró un mejor semblante y tenisticamente mejoró, especialmente al subir su porcentaje de primer servicio.

Herido en su orgullo, González golpe a golpe se fue metiendo más en el partido y comenzó a dominar a un sueco que a esa altura se mostraba sin la misma movilidad de antes y extrañamente nervioso. El pupilo de Martín Rodríguez aprovechó que su oponente aflojó su nivel y eso le permitió, apelando a su garra tradicional, comenzar a remontar en el marcador, al adjudicarse el tercer set por 7-5 en 40 minutos.

A esa altura del match el santiaguino jugaba mano a mano con su rival. Se soltó, al contrario del escandinavo que tenía miedo escénico y veía acrecentarse la figura del triple medallista olímpico, que impresionaba con sus tiros. Soderling jugaba presionado, su expresión era de muchas dudas y físicamente estaba “muerto”, al contrario de González, que estaba con la adrenalina a tope.

El nacional aprovechó su envión anímico para pasarle por encima a su rival y quebrar en el décimo juego, ganando 6-4 en el cuarto parcial.

A esa altura la pista “Phillipe Chatrier” era una caldera. Los fanáticos alentaban a sus respectivos jugadores, quienes sumaban energías para dar la vida en el quinto set.

El europeo se mostraba sin piernas y González inspirado buscando definir rápidamente el partido. El santiaguino quebró en el cuarto game y se encaminaba a su histórica final ya que estaba al frente de un rival que lucía desesperado.

Pero como en el tenis no hay nada definido sino hasta la disputa de la última pelota, Soderling sacó a relucir una fuerza interior formidable, para tomar un segundo aire en el partido y comenzar a dar vuelta las acciones. González, por su parte, dejó de ser agresivo y lo pagó caro, ya que el sueco tras ir 1-4 abajo aprovechó el bajón, y porqué no decirlo, el relajo del santiaguino para ganar el último set y posteriormente el partido.

Lo sufre el jugador de La Reina y todo Chile, ya que todos anhelaban ver al crédito nacional jugando el duelo definitorio en la arcilla de París. No queda más que decirle Merci Beaucoup a Fernando González por todo lo entregado estas dos semanas de periplo en la capital francesa.