Universidad de Chile no tiene margen de error. Esta semana los azules se juegan el todo o nada: en la cancha, buscando las semifinales de la Sudamericana ante Alianza Lima, y fuera de ella, intentando que Conmebol rebaje un castigo que amenaza seriamente su futuro deportivo y económico.

El choque de este jueves en Coquimbo es una final anticipada, pero al mismo tiempo, la dirigencia de Azul Azul libra otra pelea en los escritorios para que el club no se quede sin público durante gran parte del próximo año.

🏟️ Sin hinchas, la U pierde mucho más que apoyo

La apelación ya está sobre la mesa y la estrategia es clara: reducir los 14 partidos a puertas cerradas que hoy pesan sobre el equipo. Perder a la hinchada por tanto tiempo no solo sería un golpe anímico, también un mazazo financiero difícil de digerir.

Por eso, en la concesionaria esperan que al menos algunos duelos puedan disputarse con público en 2026, lo que significaría un respiro en las alicaídas arcas azules. Mientras tanto, Gustavo Álvarez afina detalles para el choque decisivo ante los peruanos.

El Francisco Sánchez Rumoroso estará vacío este jueves / ©Municipalidad de Coquimbo.
El Francisco Sánchez Rumoroso estará vacío este jueves / ©Municipalidad de Coquimbo.

💰 Marcelo Díaz entra en la jugada por la apelación

El otro frente apunta a la multa de 120 mil dólares por supuestos gestos racistas. En este punto apareció la figura de Marcelo Díaz, quien explicó que el polémico gesto de la banana en Avellaneda no tuvo un trasfondo discriminatorio, sino que se trató de una burla al recordado gol que anotó con Racing.

Ese testimonio podría ser vital para reducir la sanción económica, que hoy supera los 270 mil dólares. La U, entonces, pelea en dos frentes: la ilusión de seguir vivos en la Sudamericana y la esperanza de que la justicia deportiva atenúe un castigo que sienten desmedido.