Un insólito momento se vivió en el triunfo de Sevilla por 2-1 ante Granada en la liga española, pues el duelo tuvo que reanudarse después del pitazo final del árbitro.

El juez había dado cuatro minutos de descuento y finalizó el encuentro a los 90+3′, lo que fue advertido por la visita y el VAR decidió que debía jugarse ese último minuto.

Fue así como algunos jugadores debieron volver desde los vestuarios y ponerse nuevamente la ropa para jugar los últimos 60 segundos.

En lo netamente futbolístico, el cuadro sevillano con esta victoria sigue firme en su lucha por puestos de Champions League y a la caza de los primeros lugares.