La edición impresa del diario bonaerense Olé entregó este martes una extenso repaso por la carrera del seleccionado chileno Alexis Sánchez, quien en corto tiempo se ha transformado en figura en River Plate.
Con dos goles a su haber en el Torneo Apertura argentino y luciendo su fútbol desequilibrante, Sánchez ya es ídolo.
La portada del diario Olé con Alexis Sánchez como uno de sus temas centrales.. (Foto: www.ole.com.ar) |
destaca que el ariete "tenía 16 años, sólo 13 minutos en Primera y, muy a su pesar, ya acaparaba la atención de los periodistas. Todos querían hablar con él, saber más de ese chico que acababa de debutar y que había sido clave en el 5-4 de Cobreloa ante Temuco. Fama no le faltaba. Tanto en Calama como en Tocopilla, el pueblo donde nació, si su nombre imponía respeto, sus gambetas provocaban admiración".
El artículo se refiere al disgusto que el provoca hablar ante la prensa e indica que es "el mismo que generó idéntica fascinación en su primer partido como titular en River, el que ganó lo que jugó con el Colo Colo, el que Passarella pidió a gritos y el que el presidente del Udinese, dueño de su pase, cotizó recientemente en 35.000.000 de dólares".
"Crack precoz, pichón de estrella, aún hoy, Alexis sigue huyendo al ver un micrófono. Prefiere hablar en la cancha donde 'las cosas son fáciles'. Y después de lo que hizo ante Lanús, su definición no parece exagerada. Como tampoco lo es su popularidad del otro lado de la Cordillera. Ya cuando estaba en la Escuela de la Universidad Católica en Rancagua sus malabares y su potencial marcaban diferencias. Al punto tal que, reconoció, muchas veces se sintió marginado. 'Porque yo gambeteaba a todos, ellos se enojaban y no me dejaban jugar', contó hace años. Eran otros tiempos, claro, días en los que aún no era el Niño Maravilla, pero igual tenía apodo: Dilla, como aún lo llaman sus amigos. 'Decían que parecía a una ardilla, ya que andaba arriba de los árboles sacando las pelotas que se nos colgaban'", añade el texto.
El matutino rememora un anecdótico y poco conocido hecho: "Eran días también en los que Marcelo Bielsa no se imaginaba como DT de la Roja, pero Alexis ya recibía citaciones a cuanta selección regional o juvenil hubiera. Es más, en aquél entonces hasta estuvo cerca de jugar en la Argentina. ¿En River? ¿En Boca? No, el interesado en quedárselo fue Altos Hornos Zapla, en un amistoso que el equipo jujeño organizó contra un combinado de la ciudad chilena de Taltal, y en el que Alexis jugó 45 minutos y metió ¡siete goles! "Al terminar, me preguntaron si no me quería quedar, pero preferí seguir cerca de casa", recordó. Y ahí nomás, para no separarse de Martina, su mamá, Marjorie, Humberto y Tamara, sus hermanos, volvió a su país y aceptó irse al Cobreloa".
"Fanático del chat y asiduo navegador de la web, Alexis llegó a tener su fotoblog cuando aún no era tan conocido. Pero una idolatría indisimulable que se reflejaba en miles de visitas lo obligó a cerrarlo. Escuchar música, entonces, se transformó en su hobby más conocido, y su gusto es tan amplio que va desde el pop de los Backstreet Boys hasta el romanticismo de Marco Antonio Solís. Sin embargo, desde siempre, su verdadera pasión tuvo forma de pelota. Y más específicamente, inventar piruetas con ella".
Oé cita una antigua entrevista en la que Sánchez contó su deseo de jugar en Real Madrid o Barcelona, pero que "por ahora, llamó la atención del Udinese de Italia, que lo compró como una inversión a futuro en 3.000.000 de dólares".
"De ahí pasó a préstamo al Colo Colo, donde enamoró a Claudio Borghi, quien lo rebautizó Perro Nuevo porque 'al llegar a los entrenamientos buscaba la pelota y empezaba a correr sin parar'. Y hubo más. Porque Passarella tampoco tardó en rendirse ante su talento. Es más, cuando los médicos de River advirtieron sobre el riesgo de incorporarlo por una vieja lesión (una doble fractura de clavícula), el Kaiser minimizó el tema y les pidió que le dieran el OK argumentando que 'es un distinto, un pibe que se saca a cuatro tipos de encima en una baldosa'", completa el diario.
"Y tampoco mintió. El Niño Maravilla, el que a los siete años ya jugaba contra adultos que "pegaban mucho más fuerte que en Primera", el que nunca le tuvo "miedo a las patadas" y el que sueña con "salir campeón en River", ya respondió y sueña con volver a romperla para escuchar el "chileeeno, chileeeno" que lo emociona", finaliza Olé. (Agencias)