Los primeros peritajes químicos de la autopsia que se le efectuó al arquero de Independiente de Avellaneda Lucas Molina revelaron que el futbolista falleció como consecuencia de una "muerte súbita y natural".

 

Así, pese que aún restan algunas pruebas, quedó descartado un caso de intoxicación o de envenenamiento.

 

El estudio fue solicitado por el fiscal de Quilmes, Alfredo Samprón Noel, quien está a cargo de las investigaciones, para corroborar las causas de la muerte del futbolista de 20 años.

 

De esta forma, se ratificó que la muerte "fue consecuencia de un paro cardíaco no traumático", según lo revelado originalmente por la autopsia. Peritos y policías que vieron el cuerpo de Molina coincidieron en que no presentaba signos de violencia.

 

Todo se inició en la mañana del domingo 28 de noviembre, cuando Molina descansaba junto a su novia en su casa en la localidad bonaerense de Berazategui.

 

Según la fuente judicial, "a esa hora, la joven se despertó sobresaltada y oyó cómo el deportista respiraba con dificultades, por lo que pidió ayuda".

 

Molina fue trasladado de urgencia aun centro médico hasta donde llegó sin vida.

 

Desde un principio, la fiscalía sospechó que estaban ante un caso de muerte natural, pero para no descartar otra posibilidad calificaron el caso como "averiguación causales muerte".

 

El ex futbolista Oscar Passet, quien era el representante del fallecido arquero, sostuvo que "nada hacía presumir esto" y aclaró que la autopsia dio como resultado "una falla en el corazón".

 

Molina nació el 30 de marzo de 1984, siempre hizo su carrera deportiva en Independiente y el viernes 26 de noviembre jugó en la reserva frente a Estudiantes de La Plata.

 

Molina también tuvo una destacada participación en las selecciones sub 15, sub 17 y sub 20 de Argentina. (Agencias)