El mediapunta de Bayern Munich Thomas Müller dijo al conquistar su segunda Champions League este domingo en Lisboa que se alegraba de haber demostrado en la recta final de la competición que todavía tenía algo que aportar pese a los comentarios que había habido al comienzo de temporada, que lo veían al final de su carrera.
“No quiero decir que me siento reivindicado porque eso suena a venganza. Pero si me alegro de haber mostrado que no pertenezco al contenedor de botellas viejas y que todavía tengo algo que aportar”, dijo el jugador, de 30 años.
“Hubo momentos que no fueron fáciles, pero ahora todo tiene un final feliz”, agregó.
Un momento emotivo tras la final fue un abrazo entre él y Philippe Coutinho. Cuando el brasileño llegó cedido por FC Barcelona muchos creyeron que era el final de Müller, que al final terminó imponiéndose en la titularidad.