Marcelo Ríos cavila sobre su futuro profesional en Costa Rica, donde viven su esposa Giuliana Sotela (de quien está en proceso de divorcio) y su hija Constanza, y en donde recibió los resultados de los exámenes médicos a los que se sometió para decidir su futuro profesional.
El padre del ex número uno el mundo, Jorge Ríos Jarvis, indicó "que las limitaciones físicas que los médicos han detectado, le impiden a Marcelo competir en los exigentes niveles que son obligatorios en el circuito profesional".
"Marcelo tiene que regresar desde Costa Rica y analizar los hechos antes de tomar una decisión", agregó el empresario, quien aclaró que si bien la lesión lumbar de su hijo le impide ser un deportista de elite no es de carácter irreversible como aseguró el doctor Alejandro Orizola.
"La lesión de Marcelo médicamente es irreversible, pero hay que esperar que sea él quien confirme la noticia", dijo Orizola, doctor de Ríos y del equipo de Copa Davis, al diario La Cuarta.
Marcelo Ríos fue operado el pasado 29 de enero de la espalda por segunda vez en seis meses, debido a una hernia discal, lesión que le causó fuertes dolores en la zona dorsal.
Ríos ya había sido intervenido por la misma dolencia en septiembre de 2003 en la ciudad estadounidense de Miami, pero no se recuperó totalmente y en su preparación para el regreso al tenis profesional siguió padeciendo dolores.
Por ese motivo, no pudo jugar a comienzos de febrero el ATP de Viña del Mar, con el que esperaba retornar tras una larga ausencia, y tampoco integró al equipo chileno de Copa Davis en las victorias ante Ecuador y Perú.
A principios de abril el chileno retornó a las pistas en los challengers de Salinas, Ecuador, y San Luis de Potosí, en México, y en ambos llegó hasta segunda ronda, sin embargo, en el segundo debió abandonar a causa de la misma dolencia.
Ese fue su último torneo, quizás el capítulo final de una carrera plagada de éxitos.