La polémica Supercopa entre Colo Colo y la U escaló hasta niveles políticos cuando diputados amenazaron con acusación constitucional al delegado presidencial por autorizar un partido en obras.
El clásico que está pendiente desde principios de año, se convirtió en el epicentro de una batalla que traspasó las canchas. La Supercopa entre Colo Colo y Universidad de Chile, programada para el domingo 14 de septiembre en Santa Laura, desató una ola de controversias que llegó hasta el mismísimo Congreso Nacional.
Lo que comenzó como un simple enfrentamiento deportivo se transformó en un dolor de cabeza monumental para la ANFP, cuando las obras en el estadio Santa Laura generaron dudas sobre las condiciones de seguridad para albergar el encuentro.
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⚽ La Supercopa que divide al país
La situación tomó un giro dramático cuando el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Eric Aedo, lanzó una amenaza directa contra el delegado presidencial Gonzalo Durán. El parlamentario no se guardó nada y fue directo al grano: “En caso de resultar una sola persona herida, arriesgará nuevamente una acusación constitucional”.
La advertencia no quedó ahí. El diputado UDI Jorge Alessandri se sumó al coro de voces preocupadas, advirtiendo que el delegado debía “tener mucho cuidado en las autorizaciones” recordando los problemas que anteriormente lo tuvieron “al borde de una acusación constitucional”.
🏛️ Cuando la política se mete en la cancha
Con las Fiestas Patrias a la vuelta de la esquina y a un día de la conmemoración del 11 de septiembre, Carabineros está desplegándose en fondas y ramadas y los parlamentarios advirtieron que “una mala decisión de Durán respecto al partido del domingo puede tener nefastas consecuencias”. El contexto no podía ser más delicado: un país preparándose para celebrar mientras el fútbol amenazaba con convertirse en motivo de conflicto nacional.
La ANFP, por su parte, mantuvo su postura de realizar el encuentro con estrictas medidas de seguridad, limitando la venta de entradas únicamente a personas mayores de 55 años y familiares del fútbol formativo. Una decisión que refleja la gravedad de la situación y la necesidad de minimizar riesgos en un escenario que ya tenía a todo el país en vilo.