Arturo Vidal atraviesa una etapa inesperadamente compleja en Colo Colo. Lejos del rol protagónico que tuvo en su regreso al Estadio Monumental, el King hoy convive con un escenario adverso que va más allá del rendimiento y se instala de lleno en la convivencia interna del plantel.
Esta temporada no ha sido buena para el volante: las lesiones, las suspensiones y la pérdida de continuidad lo sacaron del centro del proyecto deportivo, pero lo que realmente encendió las alarmas en Macul fue el ambiente que se generó puertas adentro, donde su liderazgo comenzó a ser cuestionado en silencio.
⚽ Profunda molestia en Macul: el quiebre de Arturo Vidal
La decisión de Fernando Ortiz de relegar a Arturo Vidal del once titular marcó un punto de inflexión. El entrenador, ratificado para liderar el proceso 2026, optó por un camino que pocos imaginaban: prescindir del referente histórico incluso en los momentos de mayor presión.
Cristián Arcos, en el programa Círculo Central, explicó el trasfondo del conflicto y dejó en evidencia que la fractura no fue improvisada. “La relación de Vidal con Ortiz está cortada en rigor. Yo diría que el regreso a los entrenamientos con el resto de sus compañeros van a marcar un derrotero. La relación terminó mal. La relación venía terminando mal ya en lo futbolístico, él decide sacar a Arturo Vidal del equipo. Ahí una decisión ahí que otros entrenadores no han tomado”.
🔥 El camarín albo y un respaldo que se debilitó
El conflicto escaló cuando ciertas declaraciones públicas del King comenzaron a generar ruido interno. Según relató Arcos, el vestuario no quedó indiferente. “No sé si se acuerdan que hay unas declaraciones de Vidal, que molestaron mucho en el camarín, diciendo ‘no si yo no juego, es porque estoy lesionado porque no hay nadie mejor que yo en el equipo’. Eso generó profunda molestia en el vestuario, en los compañeros“.
Desde ese momento, la relación con el plantel cambió. El liderazgo se diluyó y el respaldo colectivo dejó de ser irrestricto. El regreso a los entrenamientos, fijado para el 3 de enero, aparece como una instancia clave para medir si Arturo Vidal logra recomponer confianzas o si su etapa en Colo Colo entra definitivamente en terreno incierto.