José Antonio Kast ganó ampliamente la segunda vuelta presidencial en Chile. En ese escenario, su propuesta no sólo ha girado en torno a economía y seguridad, sino también en cómo el deporte se instala como herramienta para enfrentar múltiples crisis sociales. Incluso tuvo la posibilidad de tener el respaldo de algunos deportistas de elite, tal como lo dijo el pasado miércoles en un punto de prensa.
Durante su campaña, el líder del Partido Republicano ha sido claro en su diagnóstico: Chile vive una “pandemia silenciosa” marcada por el sedentarismo, la mala alimentación y el debilitamiento del tejido comunitario. A partir de ahí, su visión sobre el deporte es más social que de alto rendimiento: lo sitúa como base de salud, prevención y comunidad.
🏃♂️ Deporte, salud pública y cohesión: la visión de Kast
Más allá de un plan específico, Kast ha insistido en la campaña en que el deporte debe ocupar un lugar prioritario en la agenda de bienestar nacional. Su propuesta busca integrar la actividad física con educación, seguridad ciudadana y acceso equitativo a infraestructura.
Entre sus ideas centrales se encuentran:
- Apoyar a deportistas jóvenes a través de programas de formación.
- Abrir espacios públicos para el deporte comunitario, incluyendo multicanchas, calles cerradas y clubes barriales.
- Vincular el deporte con la prevención del delito y la vida activa como herramienta para reducir la violencia.
- Aumentar la inversión en infraestructura básica en regiones, no sólo en Santiago.
En sus propias palabras: “Donde hay talleres y campeonatos, hay menos delincuencia”.
⚠️ ¿Qué significará esto para el deporte chileno en la presidencia?
Con Kast accediendo a La Moneda, su enfoque, en teoría, dará prioridad al deporte escolar, amateur y barrial, más que al alto rendimiento o las grandes federaciones. Esta mirada, si bien valiosa para fomentar la actividad física, deja algunas dudas sobre el apoyo concreto a deportistas profesionales y eventos internacionales.
Para muchos actores del deporte chileno, el desafío será cómo estas propuestas se traducen en políticas efectivas, con presupuesto real y continuidad. La relación entre salud, seguridad y deporte ya está planteada. Lo que falta es cómo se ejecutará.