La Universidad de Chile vive días agitados fuera de la cancha, en un clima donde el futuro dirigencial parece más incierto que nunca. La figura de Michael Clark volvió a quedar en el centro del huracán luego de la sanción impuesta por la CMF, situación que no solo generó ruido externo, sino que encendió las alarmas dentro del propio directorio de Azul Azul.
La reunión clave de esta semana prometía respuestas, pero terminó dejando más preguntas que certezas. En apenas treinta minutos, los directores aprobaron balances y cerraron la sesión sin tocar el tema que todos esperaban: el futuro inmediato del actual presidente estudiantil.
⚽ ¿Qué pasará con Michael Clark? El movimiento interno que podría cambiar el mando en la U
Ese silencio, sin embargo, escondía un movimiento que ahora toma fuerza. La oposición en el directorio decidió fijar fecha y avanzar en su ofensiva interna. Según trascendió desde el bloque contrario a la gestión de Clark, el próximo jueves 4 de diciembre será la instancia donde solicitarán formalmente su renuncia a la presidencia de Azul Azul.
Para ese sector del directorio, la situación no da para más. Creen que el club necesita claridad y una conducción sin las sombras que arrastra el caso CMF, un proceso que incluso podría escalar a la Corte Suprema. La preocupación radica en que lo institucional se vaya enredando mientras el club intenta ordenar su proyecto deportivo de cara al año entrante.
🔵 La decisión que podría abrir un nuevo capítulo en Azul Azul
Aunque la oposición ya tiene fecha y estrategia, nada garantiza un desenlace inmediato. Clark aún cuenta con respaldo en parte del directorio y mantiene activa su apelación, por lo que no existe certeza respecto de si acogerá la solicitud de renuncia o si optará por sostener su mandato mientras avanza su defensa.
Lo único claro, por ahora, es que el 4 de diciembre dejó de ser una reunión más. Para muchos en la interna azul, ese día podría marcar el inicio de un reordenamiento profundo o, por el contrario, intensificar un conflicto que viene escalando en silencio. En cualquiera de los dos escenarios, el futuro institucional de la U vuelve a disputarse fuera de la cancha.