César Torres no sólo llevó a Colombia Sub 20 a igualar su mejor campaña histórica en mundiales juveniles, también dejó una frase que resonó en Chile: “Ahora descanso”. Así, el técnico cafetalero descartó tomar nuevas selecciones de forma inmediata, pese al éxito reciente.

Su enfoque contrasta con lo que plantea Nicolás Córdova en la Roja juvenil, donde busca asumir un rol transversal en todos los ciclos formativos.

🇨🇴 Colombia celebra, pero su DT pone freno: nada de Sub 23 ni Olímpica

César Torres dejó claro que su camino en la Sub 20 de Colombia tiene un inicio y un cierre bien definidos. Tras lograr el tercer lugar en el Mundial jugado en Chile, se mostró satisfecho con el proceso, pero descartó dar el salto inmediato a otros ciclos.

A diferencia de Nicolás Córdova, quien busca tener control total sobre las selecciones juveniles en Chile, Torres optó por la mesura. El mismo que dirigió un exitoso proyecto con casi 40 partidos internacionales jugados, rechazó el “modelo Córdova” que hoy divide aguas en Juan Pinto Durán.

📊 Las métricas que sustentan el éxito de Colombia Sub 20

Torres detalló que su proceso se basó en números concretos:

  • 40 partidos jugados desde mayo de 2024
  • Sólo 4 derrotas (2 ante Argentina, 1 con Brasil y 1 en un amistoso con EE.UU)
  • Más de 120 jugadores evaluados
  • Un tercer lugar mundialista, igualando su mejor campaña histórica

“Vinieron 24 selecciones y somos terceros. Es un logro grandísimo. El tiempo lo valorará más que el mismo presente”, declaró el entrenador, en un claro mensaje de satisfacción por lo alcanzado, sin necesidad de abarcar más de la cuenta.

⚽ “Ahora descanso”: el mensaje de Torres que distancia su estilo del chileno

Mientras Nicolás Córdova plantea un enfoque integral al mando de todas las selecciones menores chilenas —Sub 20, Sub 23 e incluso gestiona su influencia en la adulta cuando puede—, Torres tomó otro camino. “Ahora descanso. No he pensado en la Preolímpica”, cerró en conferencia.

Con esto, se desmarca de la idea de acumulación de cargos y deja en evidencia que su éxito no necesita control total del proceso. Un mensaje que, en tiempos donde se valoran las “métricas”, da para reflexión.