13/07/2006

El fútbol sudamericano quedó en deuda en Alemania 2006

Se esperaba mucho de Argentina y más aún de Brasil, pero ambos sólo accedieron a cuartos de final, pavimentando el camino para que los equipos europeos brillaran en el Mundial germano.

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Brasil llegó como el gran favorito, con una selección repleta de figuras de la talla de Ronaldinho, Kaká y Ronaldo, mientras que Argentina contaba con un poderoso plantel del que se esperaba mucho, pero ambos lideraron la decepción del fútbol sudamericano en el Mundial de Alemania 2006.

Con Paraguay y Ecuador luchando sólo por cumplir un papel digno, los elencos "grandes" de la región eran los llamados a pelear palmo a palmo por la corona, pero quedaron eliminados en cuartos de final, y dejaron servidas las cosas para que Europa se adueñara del Mundial.

Y Mientras Ecuador tuvo la mejor actuación de su historial al avanzar a los octavos de final en su segunda presentación planetaria, Paraguay fue la máxima decepción del torneo, al quedar tristemente eliminado en la primera ronda.

Brasil era el líder indiscutido del fútbol sudamericano y mundial, y encabezaba las encuestas para ganar el campeonato y sumar su sexta corona planetaria, pero el favoritismo sólo estuvo en el papel y su actuación fue más que discreta.

Pese a las críticas iniciales, Ronaldo fue lo menos malo de Brasil. (Foto: EFE)

De la mano de un pragmático Carlos Alberto Parreira, quien dejó absolutamente de lado el "jogo bonito", el elenco verdeamarillo sólo sumó dudas a medida que avanzaban los encuentros, y por más que clasificó a octavos con una campaña perfecta de tres victorias, el mejor rendimiento futbolístico nunca llegó.

Ronaldinho Gaúcho estaba llamado a ser la gran figura del campeonato, pero mostró poco y nada, y sólo los tres goles de Ronaldo salvaron en algo el honor de los pentacampeones, ya que el delantero de Real Madrid sumó 15 conquistas y se transformó en el máximo anotador en la historia de los Mundiales, con una más que alemán Gerd Müller.

Brasil pensó que con la camiseta y la magia de los comerciales bastaba, pero Francia y su equipo de experimentados con Zinedine Zidane a la cabeza demostró lo contrario a los verdeamarillos, al imponerse por 1-0 y dejarlos fuera de competencia en cuartos de final.

El gran favorito de marchó como la máxima decepción, mientras el fútbol europeo avanzaba a paso lento pero muy seguro rumbo a la disputa por el título.

La mejoría argentina

Argentina venía de una dolorosa eliminación en la primera ronda de Japón y Corea del Sur 2002, por lo que la vara para Alemania no era del todo alta, aunque la historia decía otra cosa y exigía a los albicelestes luchar para intentar repetir las conquistas de 1978 y 1986.

Las cosas empezaron bien para el elenco dirigido por José Pekerman tras derrotar por 2-1 a Costa de Marfil, pero todo fue aún mejor tras la segunda presentación albiceleste, que se selló con un categórico 6-0 a su favor sobre Serbia y Montenegro.

Con la magia a cuentagotas de Lionel Messi y Carlos Tévez, quienes sólo necesitaron unos minutos para anotar y brillar ante los serbomontenegrinos, las expectativas crecieron en Argentina, más aún cuando el equipo avanzó invicto a la siguiente ronda, tras igualar 0-0 con Holanda.

A Argentina le costó asumir su eliminación en cuartos de final. Al menos mostraron actitud. (Foto: EFE)

El siempre complicado México fue la nueva víctima albiceleste, en un duro choque que sólo se cerró por 2-1 con un golazo de Maximiliano Rodríguez en el tiempo extra.

Así se llegó a desafiar al anfitrión Alemania en los cuartos de final, pero el equipo sudamericano no pudo administrar la mínima ventaja que llegó a tener, y terminó cayendo en la definición a penales para despedirse del Mundial.

El elenco trasandino fue quizás el que mejor representó al fútbol regional, pero aún así fracasó en su intento por pelear el título y amagar la opción de los europeos, que a base de pragmatismo y resultados cerrados siguieron avanzando con paso firme.

Ecuador cumplió

De la mano del colombiano Luis Fernando Suárez, Ecuador apostaba a avanzar por primera vez a octavos de final, y lo logró con creces al clasificar sin inconvenientes en el Grupo A, donde sólo fue derrotado por la ofensiva escuadra local.

Ecuador cumplió un buen papel, pero se conformó con poco. (Foto: EFE)

El equipo "tricolor" batió a Polonia (2-0) y a Costa Rica (3-0) con un vistoso fútbol colectivo, pero ante los germanos sintió la presión y se inclinó por un categórico 3-0, aunque la confianza se mantuvo por tratarse de un choque en que no jugó con todos sus titulares.

Así, llegó Inglaterra en la ronda de los 16 mejores, pero el miedo escénico se apoderó de los ecuatorianos, y con una discreta actuación cayeron por la cuenta mínima, en una despedida que dejó gusto a poco, en especial por el conformismo que mostraron los hombres de Suárez.

La gran deuda de Paraguay

Sin dudas, lo más malo del fútbol sudamericano en Alemania 2006 lo mostró Paraguay, que llegó apostando a la fuerza y la garra acostumbradas, pero se vio sobrepasado al mostrar un esquema defensivo que casi no hizo daño a sus rivales.

Suecia puso fin tempranamente al mezquino intento paraguayo. (Foto: EFE)

A la derrota por 1-0 ante Inglaterra en el debut le siguió una agónica caída por igual marcador ante Suecia, y el equipo dirigido por el uruguayo Aníbal Ruiz quedó tempranamente eliminado de la cita germana.

Para el consuelo los guaraníes superaron por 2-0 a la débil Trinidad y Tobago, pero sus tres primeros puntos en Alemania no bastaron para mermar la frustración de sus seguidores, que vieron cómo sus representantes ni siquiera lograron acercarse a lo hecho en los dos últimos mundiales, donde cayeron en octavos de final.

Con Africa como un continente que siempre amenaza pero nunca concreta algo importante, y con un fútbol asiático que muy poco tiene que decir en una cita planetaria, la tempranera eliminación de los elencos sudamericanos no hizo sino allanar el paso de las selecciones europeas a las fases decisivas.

Italia, Francia, Alemania y Portugal llegaron hasta el término del certamen, y fueron los azzurros quienes se quedaron con el título que, hasta antes que la pelota empezara a rodar, la gran mayoría daba por seguro en las manos de Brasil.