Por Héctor Uribe Delgado

 

En un partido de escaso de fútbol, pero lleno de ritmo y dramatismo, la selección de Italia alcanzó la gloria máxima del balompié mundial por cuarta vez en su historia al derrotar a Francia por 5-3 en la definición por penales, luego de igualar 1-1 en los 120 minutos de juego.

 

Fabio Cannavaro toca el cielo al levantar la Copa del Mundo. (Foto: EFE)

A lo largo de toda la brega, la escuadra italiana sacó a relucir su mejor cara defensiva para contener los constantes embates del elenco galo, y reaccionó a tiempo para alcanzar la paridad después de la tempranera ventaja de Francia.

 

Y es que a los siete minutos, el árbitro argentino Horacio Elizondo sancionó un polémico penal luego de una discutida caída de Florent Malouda. Fue la primera sensación de angustia en el mundo entero, pendiente de dilucidar al nuevo monarca.

 

Zinedine Zidane se paró frente al extraordinario Gianluigi Buffon y sacó un toque de categoría para batir al portero italiano con un sutil disparo bombeado.

 

El delirio se desató en París y en todo el territorio francés, pero los italianos no se desesperaron y de inmediato hicieron sentir su peso ofensivo. A los 18 minutos un tiro de esquina servido por Andrea Pirlo fue conectado con un certero cabezazo por Marco Materazzi para igualar las cosas.

 

Un golazo y el partido parecía tomar forma de final. Sin embargo, con el correr de los minutos, ambos equipos perdieron consistencia y se respetaron tanto que las oportunidades de gol escasearon.

 

Francia se la jugó con un leve predominio, pero el desnivel no llegó y la zaga comandada por Fabio Cannavaro salió airosa sin muchos inconvenientes.

 

Al contrario, a los 35 minutos Italia tuvo el segundo gol en una similar jugada cuando Luca Toni le ganó a todos y remeció el vertical con un testazo impresionante que dejó sin opción a Fabien Barthez.

 

Así se fueron al descanso y en el complemento, Francia salió con todo. Liderado por el talento lleno de elegancia de Zinedine Zidane y por la velocidad de los volantes Florent Malouda y Frank Ribery, la escuadra gala llegó con peligro al arco de Buffon, quien comenzó a trabajar extra ante los errores de sus zagueros, siempre acosados por el nerviosismo de una final.

 

Más nervios que buen fútbol se vieron en una dramática final. (Foto: EFE)

No obstante, la zaga azzurra salió airosa del chaparrón francés y con sobriedad terminó controlando a Zidane y sus compañeros. El partido perdió ritmo y la tensión era el reflejo máxima en las caras de los 22 protagonistas.

 

Ni franceses ni italianos eran capaces de hilar con un toque de talento y se enredaban en medio de equivocaciones, y sólo se atrevían a deambular fantasmalmente en el mediocampo.

 

La emoción del alargue y la consagración azzurra

 

Los 90 minutos reglamentarios se acabaron y llegó la emoción del alargue. La tensión crecía a raudales, pero Francia supo controlar mejor los nervios y se aproximó al pórtico de Buffon.

 

Primero fue Ribery, quien se lo perdió tras vistosa combinación con Malouda y a los 103 minutos llegó la mejor jugada del partido y quizás una de las claves de la dramática definición.

 

Zidane se juntó con William Gallas, quien le devolvió una larga pared al capitán galo y el ahora retirado jugador sacó un cabezazo espectacular, pero Buffon en la mejor tapada del Mundial desvió el balón al tiro de esquina.

 

La gente en el Estadio Olímpico de Berlín ya no aguantaba la tensión y por todo el mundo los fanáticos se desesperaban. Los penales estaban cerca, pero llegó el episodio más triste de la definición.

 

Una triste despedida tuvo Zinedine Zidane. (Foto: EFE)

A los 109 minutos, Zidane se enredó en un diálogo con Materazzi, pero el volante galo reaccionó con un cabezazo sobre el zaguero y Elizondo después de consultar con uno de sus asesores expulsó al jugador de Real Madrid. Un final poco alegre para el "10" francés.

 

Quedaba muy poco para la reacción de los hombres de Marcello Lippi y ambos equipos se conformaron con buscar la Copa del Mundo desde los 12 pasos.

 

Ahí fue más efectivo Italia. David Trezeguet se transformó en villano al errar su disparo y Fabio Grosso nuevamente se vistió de héroe al marcar el penal decisivo. El delirio se desató en Roma, Nápoles, Sicilia, Genova, Florencia y en toda la península con forma de bota.

 

También en el Olímpico de Berlín, donde todos los jugadores italianos se unieron en un grito de alegría: ¡Italia Campeón!

 

Estadísticas:

 

Italia 1 (5): Gianluigi Buffon; Gianluca Zambrotta, Marco Materazzi, Fabio Cannavaro, Fabio Grosso; Marco Camoranesi (85' Alessandro del Piero), Gennaro Gatusso, Andrea Pirlo, Simone Perrotta (60' Daniele de Rossi), Francesco Totti (60' Vincenzo Iaquinta); Luca Toni. DT: Marcello Lippi.

 

Francia 1 (3): Fabien Barthez; Willy Sagnol, Lilian Thuram, William Gallas, Eric Abidal; Patrick Vieira (55' Alou Diarra), Claude Makelele, Frank Ribery (100' David Trezeguet), Zinedine Zidane, Florent Malouda; Thierry Henry (106' Sylvain Wiltord). DT: Raymond Domenech.

 

Goles: 0-1, 7' Zinedine Zidane (de penal). 1-1, 18' Marco Materazzi.

Penales: Para Italia marcaron Pirlo, Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso. Para Francia anotaron Wiltord, Abidal y Sagnol, y falló Trezeguet.

 

Arbitro: Horacio Elizondo (Argentina).

Amarillas: Zambrotta (ITA); Sagnol, Diarra, Malouda (FRA).

Expulsado: 109' Zidane (FRA).

Estadio: Olímpico de Berlín. (Cooperativa.cl)