La segunda ronda del ATP 500 de Barcelona se presentaba, en el papel, propicia para Nicolás Jarry (22° ATP) ya que además de ser el noveno preclasificado del torneo, haber quedado libre en primera ronda, su adversario, Marco Trungelliti, bordea el lugar 200 del escalafón (197°), y frente a él ya tenía una victoria, en el mismo escenario el 2023.

Sin embargo, el chileno volvió a mostrarse irregular y cayó 7-6(5) y 6-3, despidiéndose tempranamente del certamen catalán. 

El primer parcial no hubo quiebres de servicio, por lo que las acciones tuvieron que dirimirse en el tie break. Allí el tanteador también fue parejo, con mini rompimientos  incluidos, y para mala fortuna  del “príncipe”, cuando el desempate estaba 6-5 para Trungelliti, no pudo sostener su saque y la primera parte fue para el trasandino, luego de una hora y 10 minutos.

Ganar el primer set alentó a Trungelliti a sacar ventaja en el siguiente capítulo rápidamente, ya que le quebró a Jarry en el segundo game y luego retuvo su servicio. Un vistoso 3-0 puso el partido en un escenario muy adverso para nuestra raqueta número uno.

En el séptimo juego el tanteador resultaba expresivo 5-2 para el argentino y Jarry quedó sin opción alguna. En el octavo juego llegó hasta estar con match point en contra, pero pudo mantener su servicio. 

Trungelliti no quería que el triunfo se le escapara, y aún cuando Jarry le impidió llevárselo rápido salvando un nuevo punto de partido que pudo sortear, el jugador que viene de las clasificaciones no dilapidó una nueva opción, y en dos horas redondeó su victoria por 7-6(5) y 6-3.

Esta es una caída que le duele al nacional, ya que no pudo rubricar el hecho de ser cabeza de serie y sigue en una temporada irregular dónde no logra solidificar su juego con resultados positivos de forma continua.