Estuvo muy bien Gary Medel en blanquear públicamente la situación que enfrenta a parte del actual plantel de la selección chilena con Claudio Bravo.

Pero ya es muy tarde.

La selección quedó muy golpeada por la eliminación al Mundial de Rusia 2018. Aparecieron cuentas internas por conductas inadecuadas a la alta competencia, egos y lucha por el liderazgo.

Le sumamos el declive natural de la Generación Dorada, que lo hace un equipo de menor poder; con un entrenador nuevo que busca una renovación que hasta hoy es mínima.

La Roja en la última década tuvo su eje en la fortaleza colectiva. En la cancha todos por todos. Una gran fórmula.

El alejamiento de Bravo y Marcelo Díaz, ambos aún en plenitud, ayudaron a que siempre existiera un clima adverso, tóxico.

Nunca más volvieron los buenos momentos. Todo será muy difícil en la Copa América que se avecina en Brasil.

¿Quiénes son los responsables?

- Claudio Bravo, con su renuncia a la primera convocatoria, por tratar de imponer un técnico y alabar a Jadue.

- Reinaldo Rueda, por no cerrar el tema con claridad en lo público y privado.

- Gary Medel y Arturo Vidal (los líderes para Rueda) por no tomar la iniciativa de limar diferencias.

La historia dirá que el fin de la Generación Dorada fue triste por las debilidades del ser humano.

Que desperdicio.