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La columna de José Arnaldo Pérez: Egoísmo

El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa y su mirada al mundo polideportivo.

La columna de José Arnaldo Pérez: Egoísmo

El trabajo en equipo es desligarse de la vanidad, uno de los principales ropajes de cada ser humano, ya que importa que el conjunto alcance el objetivo más que el lucimiento personal. Y en el deporte eso genera más de alguna complicación, porque uno será el que aparezca como la figura dentro del triunfo del conglomerado. Por qué él y no yo, argumentarán los que no entendieron la esencia.

El papelón que protagonizó Ferrari en el Gran Premio de Fórmula 1 de Brasil debe enseñarse como un ejemplo claro de lo que no debe hacerse. Hace rato que Sebastian Vettel no se sentía cómodo con el crecimiento que estaba logrando Charles Leclerc, al que la prensa especializada en Italia empezó a pedir al inicio de la temporada como el piloto número uno de la escudería escarlata. El choque entre ambos en el autódromo de Interlagos fue el punto cúlmine de roces y declaraciones que auguraban un final poco feliz. Y así no más fue, ya que la colisión entre ellos dejó a Ferrari sin sus dos autos en pista, y por primera vez desde Singapur el 2017 con cero puntos.

El jefe de la escudería italiana, Matías Binotto, señaló que tendrá una reunión con ambos pilotos, a fin de esclarecer qué los llevó a este choque por el cual quedaron "decepcionados y lo lamentamos por el equipo. Son cosas tontas que no deberían suceder". Palabras claras de quien dirige, de un verdadero líder, que entiende que la finalidad es el beneficio de todos y no de un sector en particular. Y salió a dar la cara de inmediato, de forma clara, sin esconderse por días. Asumiendo que hubo errores. Gran ejemplo para todos aquellos que están al frente, en cualquier ámbito, y no entienden de qué se trata ser la cabeza de una entidad.

Esta disputa de compañeros en la Fórmula 1 no es novedosa. Muchos recuerdan la que vivieron Alain Prost y Airton Senna en McLaren. De hecho ellos generaron un atractivo extra porque representaban estilos disímiles. Uno apostando a la maestría y el cálculo, y el otro pura adrenalina y riesgo. Repartieron títulos, y entendieron en parte que más allá de los propios anhelos el equipo sería el beneficiado a la larga.

Una competencia lleva adjunta el sacrificio, y perder instancias personales que nadie en otro ámbito quisiera restarse. Porque para prepararse hubo un equipo que se esforzó en cada ámbito, y por eso renunciar rara vez será la salida. Francisca Mardones le tocó demostrar este tema, murió su padre a poco de su participación en el Mundial Paralímpico de Atletismo en Dubai. Decidió quedarse, homenajearlo, y lo hizo de la mejor manera, medalla de oro y con récord planetario en el lanzamiento de la bala. La emoción que vino después está más que justificada.

El reconocimiento del otro implica despojarse de prejuicios o críticas. Porque más allá que antes no hubiera tenido un feliz cometido, o lisa y llanamente reprobable, también se debe señalar cuando tuvo una actuación positiva. La ministra Cecilia Pérez en medio de todos los incendios (cuánta casualidad tantos siniestros) que afectan a la región de Valparaíso obró rápido para ayudar a los remeros y canoistas de Curauma, consiguió que por primera vez alguien ajeno al poder político usara el Palacio Presidencial de Cerro Castillo y además que siguieran sus entrenamientos en la Escuela Naval. Como rezaba un antiguo chiste, "lo que es bueno, es bueno".

Donde se debe tener mucho cuidado es en el ciclismo. La Unión Internacional otorgó a Chile un cupo país para la prueba de ruta femenina de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. El ideal es que no se repita lo que ocurrió en los Panamericanos de Lima, cuando por líos internos se dejó fuera a Paola Muñoz, por lejos la mejor especialista que tenemos. Los dirigentes deben llevar a la máxima prueba del deporte, y con planificación anunciada con antelación para hacer la selección respectiva, a quien mejor pueda rendir, no aquella que sea afín a deseos propios. Si se hace de mala manera, el perjudicado será el deporte chileno, por puro egoísmo. Que así no sea.

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