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La columna de José Arnaldo Pérez: Simplemente histórico

Nuestro periodista de Al Aire Libre realiza un análisis minucioso sobre la actuación de Chile en Lima 2019.

Foto: Team Chile La columna de José Arnaldo Pérez: Simplemente histórico

La expectativa era alta, la meta autoimpuesta era un desafío grande: volver a posicionar a Chile entre los diez mejores representativos de América en estos Juegos de Lima.

El optimismo desde muy temprano lo planteó el presidente del Comité Olímpico nacional, Miguel Ángel Mujica, que desde hacía meses adelantaba que serían los mejores de la historia para nuestro país. Y da gusto cuando se cumple, y se le debe reconocer el mérito. Promesa cumplida, señor presidente.

Chile por primera vez entró a la decena de preseas de oro y se llegó a la media centena de galardones en total. Así de simple, estas 13 medallas de oro y 50 por actuación global no tenían registro en la historia de nuestro deporte, ni siquiera en los albores de esta competencia, cuando los otros países no participaban en su totalidad o iban con delegaciones muy pequeñas.

Nuestro país luego de los Juegos Sudamericanos del 2010 se trazó una meta fuerte, ordenó la casa, se hizo un arduo trabajo a nivel técnico, y lo que aún falta es que algunas (no todas) federaciones de una vez por todas terminen sus rencillas particulares y el descalabro en que están, que lo único que hacen es afectar la actividad que dicen amar.

Aquellos, en tanto, que se pusieron al servicio del trabajo riguroso y metódico, la planificación y el orden administrativo lo transmitieron a sus deportistas. El remo es el mejor de los ejemplos que sí se puede: ocho medallas y cuatro de ellas de oro, con una delegación que se puede proyectar aún más lejos.

También hay otras cosas que revisar. El ciclismo sin dudas, uno de los deportes que nunca falla en estas citas, no puede vivir el caos que afecta a los deportistas. Pese a la crisis, nos volvieron a entregar medallas. O revisar la entrega de becas de alto rendimiento. María José Moya lo sufrió por su maternidad, y demostró que ese sistema se debe evaluar, por suerte para ella pudo llegar a Lima, y pulverizó cualquier tipo de crítica con su medalla de oro.

Chile lideró el tercer grupo competitivo, superando a Ecuador, República Dominicana, Jamaica y los anfitriones, que, como todos lo han hecho, puso en las competencias aquellas disciplinas que les podían reportar más réditos en el medallero.

Para los nuestros dar el duro salto al segundo pelotón es lo que viene si de verdad se quiere crecer. Se cumplió con lo mínimo que se debe lograr. De buena forma, emocionante muchas veces, para atesorar momentos épicos, pero por todo lo invertido y por los que allí fueron a participar era el lugar que se debía exigir. Y se cumplió con honores. Aplausos pata todos.

Pero volvamos a ese segundo grupo que contiene a Colombia, Argentina, Canadá, México, Cuba (que viene a la baja en los últimos Juegos, del segundo lugar de Río 2007 y Guadalajara 2011 bajó al quinto) y Brasil, que sigue creciendo, tal vez como eco de sus Juegos Olímpicos del 2016. A ese pelotón hay que sumarse, pero reiteramos, la valla a superar es enorme; sin ir más lejos, para ser parte de ellos hay una diferencia de 15 oros, más del doble de lo que se obtuvo en esta histórica actuación en la capital de Perú. El 2023 la tarea es no dejar de crecer, pero veremos si nos alcanza para sumarnos a ese grupo.

En cuanto a Estados Unidos, demostró que con un equipo más competitivo del que puso en otras ediciones el medallero le resultó más simple de ganar y que no tiene oposición en nuestro continente.

En contrapartida, Venezuela descendió del top ocho al lugar 12 en cuanto a consecución de oros. La aguda crisis interna, más el inmisericorde bloqueo externo, son parte de esa explicación. Pero ojo, que pese a ese traspié si se ve el total de logros, con 43 medallas quedó en la novena ubicación, detrás de Chile. Y en Bolivia también celebraron, ya que de la mano del ráquetbol lograron su primera presea dorada en toda la historia panamericana.

Volviendo a Chile, el desafío está lanzado para Santiago 2023. Allí hay varios deportistas que podrán repetir y que con cuatro años más de competencias en el cuerpo deben asegurar medallas, a modo de muestra Humberto Mansilla y Gabriel Kehr en el martillo, los competidores del remo, el tiro con arco, Martín Viduarre en el mountain bike, son algunos de ellos.

Y a su vez, aquellos que dan sus últimos pasos competitivos como Kristel Köbrich y Soraya Jadue deben ser aprovechados, ya que de lo contrario sería un desperdicio imperdonable. También como tarea hay que tratar de emular y superar lo hecho en Lima en cuanto a la organización e infraestructura... Pero para eso ya habrá oportunidad de hablar.

Ahora celebremos lo hecho en lo deportivo, porque es simplemente histórico.