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La bitácora de viaje de Aldo Schiappacasse desde Japón: Sólo faltó Godzilla

Revisa la columna del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa desde la sísmica Sapporo.

La bitácora de viaje de Aldo Schiappacasse desde Japón: Sólo faltó Godzilla

Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS

Fue el chiste más repetido entre la delegación nacional. "Después de un tifón y un terremoto, sólo nos falta Godzilla". Con el paso de las horas fue perdiendo gracia, sobre todo porque la falta de agua y comida hizo estragos. En el hotel de la selección, traían baldes de agua desde la laguna cercana para hacer funcionar los baños de la planta baja, mientras los jugadores, en el octavo piso, no tenían electricidad para conectar sus juegos.

El profesor Rueda ni bajó (tiene molestias en la cadera), mientras los dirigentes se indignaban al comprobar los precios de un hotel cinco estrellas que ni siquiera contaba con generador propio, que debió alumbrar con focos de autos el lobby y que no dio abasto para entregar información certera.

Cuando los emisarios de la federación nipona llegaron a las dos de la tarde, el clima estaba caldeado, y no sólo por la falta de aire acondicionado. Se sabía que el aeropuerto estaba cerrado, la estación de trenes no funcionaba, el metro se encontraba suspendido y sólo parándose bajo la torre de la televisión en el Parque Odori había conectividad telefónica. De inmediato asumieron que no había posibilidad de que el pleito se jugara.

Cuando volvió parcialmente la luz, a eso de las siete de la tarde, la televisión mostró los estragos del sismo de 6,7, que obligó a suspender la central nuclear generadora de energía durante casi 14 horas, por los protocolos establecidos tras el terremoto del 2011.

Todos los chilenos -salvo los residentes- valoraron nuestra reacción ante eventos de similar naturaleza y celebraron la celeridad que siempre existe para reponer los servicios básicos. Pero, habrá que decir, en medio de la emergencia no se vieron bocinazos, saqueos, avivadas ni desesperación, ni siquiera cuando las bombas de bencina comenzaron a vender diez litros por automóvil. Demás está decir que en la mitad del caos nadie salió corriendo con un plasma, ni se les ocurrió asaltar las máquinas expendedoras que hay en cada esquina casi.

No habrá partido frente a los japoneses y parece lógico, por más que nos duela viajar tan lejos para volver a hacer colas para comprar insumos básicos, como les gusta recordar a los adoradores del "contexto". Al final, fue un viaje acontecido en el cual sólo nos faltó conocer a Godzilla.

Aunque aún nos quedan algunas horas antes de encontrar una salida de la isla de Hokkaido, donde la selección vive su propio reality de sobrevivencia.