La revelaciones del consumo de drogas por parte del ex tenista Andre Agassi sigue siendo el centro de la actualidad después que declaró a la revista People que no sólo consumió la adictiva droga denominada "cristal", una potente metanfetamina, sino que lo hizo durante "un año".

Si la revelación de haber consumido drogas y haber engañado a la ATP y esta encubrir el positivo ya ha generado una cadena de reacciones negativas, los nuevos detalles que ofrece el propio Agassi en la revista estadounidense, son todavía más demoledores.

Agassi admitió a People que consumió "Crytal meth", como se le conoce a la adictiva droga, periódicamente durante "más o menos un año".

En su autobiografía, que saldrá a la venta el próximo nueve de noviembre, el ganador de ocho torneos de Grand Slam confesó haber usado la droga en 1997 y que arrojó positivo en una prueba de dopaje, un resultado que según el estadounidense fue descartado porque mintió a la ATP al decir que ingirió la droga sin querer.

Agassi sigue ventilando secretos sobre su vida.

"Si vas a contar tu historia, tienes que ser honesto", dijo Agassi a la más reciente edición de la revista. "Especialmente si se va a llamar 'Open' (Abierto)".

En nuevos extractos del libro revelados el viernes, Agassi dice que utilizó una peluca que casi se cayó en el Abierto de Francia de 1990.

También reconoció que se puso celoso por la aparición de su ex esposa Brooke Shields en el programa "Friends" y que Shields puso una foto de Steffi Graf -ahora su actual esposa- en la puerta del refrigerador como motivación para estar en mejor condición física antes de su boda.

"Ella dijo que es una foto de la mujer perfecta", escribió Agassi. "La mujer perfecta con las piernas perfectas, las piernas que Brooke quiere".

Agassi, además, admite que tenía muchas cosas que le atormentaron durante su carrera, una de ellas eran las cámaras de televisión. El hermano del astro del tenis tuvo que salir corriendo por París para encontrar alfileres para evitar que se cayera la peluca de pelo parado antes de un partido en el Abierto de Francia de 1990.

"Por supuesto que pude haber jugado sin mi peluca. Pero después de meses de escarnio, críticas, burlas, ya estaba muy afectado", escribió Agassi.