Por Héctor Parraguirre J., enviado especial a Viña del Mar

 

El argentino Juan Martín del Potro ha tenido un ascenso meteórico en el circuito ATP. Empezó la temporada 2004 en el puesto 1.047 y hoy con sólo 17 años ya está en el 159° lugar. Con esos antecedentes y con el peso de ser considerado la promesa del tenis de su país, se apresta a desafiar este jueves nada menos que al número uno de Chile, Fernando González (14°), en octavos de final del Movistar Open, un duelo para que el reconoció que las apuestas no están a su favor.

 

"Es mi primer ATP, nunca había jugado uno, pude ganar en primera ronda y ahora me toca Fernando, que es un top ten (N. de la R: no ha sido top ten todavía%), es local, va a jugar con toda la gente a su favor", comentó el trasandino, quien es consciente de que a posibilidad de un triunfo es mínima.

 

"Las chances de ganar las tiene él, yo voy a tratar de hacer el mejor partido posible. Obviamente voy a entrar a ganar como todos los partidos, pero no tengo nada que perder, por lo que al menos voy a tratar de dar un buen espectáculo a la gente y que no sea fácil para él", manifestó.

 

En territorio nacional precisamente Del Potro ha construido gran parte de su impresionante avance. El año pasado ganó dos futuros seguidos en Chile y llegó a cuartos en un tercero. Ahora en Viña del Mar, el joven argentino ya dejó en el camino al español Albert Portas (117°), aunque sabe que el choque con González es de mayor magnitud.

 

"No cualquiera con 17 años juega en la cancha central con el favorito local. Tengo que jugar suelto, por ahí no voy a poder hacerlo por los nervios que implica jugar contra un top ten en su país, en un estadio lleno, a lo que no estoy acostumbrado, porque sólo he jugado challengers", señaló.

 

"Soy la promesa de Argentina"

 

Del Potro comentó a Cooperativa.cl las expectativas que ha generado al otro lado de la cordillera su irrupción en el tenis profesional, y no tuvo complejos en asumir su condición de "promesa".

 

"Es una presión linda, que tengo que usarla como motivación para tener mejores resultados. Soy la promesa del tenis argentino, pero eso no implica que sólo por eso vaya a ganar partidos. Pero si dicen que soy promesa es por algo y tengo que trabajar mucho para confirmar eso en la cancha", sostuvo.

 

Aparte de su talento natural, Del Potro atribuye sus progresos al esfuerzo desplegado en las prácticas, que le permitió despegarse de otros jugadores de su generación, como el chileno Marcos Lincoñir.

 

"De chiquitos, hasta los 14 años, jugábamos los mismos torneos y con Lincoñir y otro par más estábamos parejos. La diferencia fue el trabajo que hice en los entrenamientos y la oportunidad que me dieron de jugar primero los futuros y luego los challengers y aprovechar esos momentos, que cuando tenía que estar bien lo estuve. Ahora tengo la oportunidad de jugar ATP y hay que aprovecharla también", explicó el trasandino, quien aclaró que su desarrollo se debe a una apuesta personal.

 

"La federación (argentina) nunca me apoyó. Fue con el esfuerzo de mi familia y hoy con de mi entrenador (Marcelo Gómez) que he podido salir adelante. De chiquito cuando las opciones económicas no eran las mejores ellos estuvieron y luego fueron mis entrenadores lo que me enseñaron a jugar al tenis", indicó.

 

Luego de su participación en Viña del Mar, Del Potro disputará su segundo ATP en forma consecutiva, ya que fue beneficiado con un wild card en Buenos Aires. Después irá a buscar en las clasificaciones un cupo en Costa do Sauipe (Brasil) y Acapulco (México). (Cooperativa.cl)