Luego de ser acusada de urdir un plan para evitar el pago de una deuda al Banco de Luxemburgo, la extenista española Arantxa Sánchez Vicario (1ª del mundo en 1995) afirmó que pretendía saldar el monto, pero desistió ante los comentarios de su exmarido Josep Santacana, quien también está involucrado en el caso.

Este hecho fue asegurado en la primera sesión del juicio celebrado en Barcelona, instancia en la que la Fiscalía exigió cuatro años de cárcel por supuestamente descapitalizar su patrimonio, evitar el abono de un monto que se cobraba desde 2010 y un ánimo de "un enriquecimiento ilícito".

Esto último, se cierne también sobre el pago de una multa de 12 euros diarios durante 24 meses, lo que equivale a un total de 8.640 euros (alrededor de 8 millones 300 mil pesos chilenos).

Durante su declaración, Sánchez Vicario afirmó que estaba dispuesta a abonar el descubierto, pero que Santacana le dijo: "Mejor que pagarle al banco que lo tuviéramos nosotros y que él se encargaba de todo, que no me preocupara".

La acusada también aseguró que hubo varios intentos por parte del banco de cobrar la deuda, que en la actualidad asciende a 6,6 millones con los intereses, y que ella estaba dispuesta a afrontarla, al tiempo que recordó que destina el 50 % de los ingresos que recibe a su pago y que ya abonó cerca de 1,9 millones.

Esta perspectiva fue corroborada por una de las responsables del Banco de Luxemburgo, quien aclaró que la deportista estuvo a punto de firmar un reconocimiento de deuda, pero que Santacana no quería, y que la acusada comenzó a sufragar el gasto desde que se separó de su exmarido, en 2018.