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Nadal fulminó a Cañas y ganó su tercer Conde de Godó consecutivo

El número dos del mundo superó al aguerrido bonaerense en la final del torneo de Barcelona, con lo que igualó el récord del sueco Mats Wilander, campeón tres veces seguidas en este certamen en los años 80.

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El español Rafael Nadal, número dos mundial, conquistó este domingo su tercer torneo Conde de Godó consecutivo tras fulminar en la final al argentino Guillermo Cañas (28º), por 6-3 y 6-4, en una hora y 42 minutos de juego, e igualó el récord de victorias del mítico Mats Wilander, el único que había sido capaz de encadenar tres títulos en Barcelona, en los años 1982, 1983 y 1984.

 

El mallorquín sigue agrandando su leyenda en arcilla, superficie en la que ya ha encadenado 72 partidos invicto, ha ganado los 12 últimos torneos disputados y ha vencido a 49 rivales en dos temporadas.

 

Algunos de ellos, como el voluntarioso Cañas, ya saben lo que es perder más de una vez ante un Nadal en racha. El bonaerense lo hizo en los cuartos de final de Acapulco, en los dieciseisavos de Roma, ambos en 2005, y volvió a hincar la rodilla, esta vez en Barcelona, ante el indiscutible rey de la tierra batida.

 

El partido se preveía duro para el español, porque Cañas es un tenista con un perfil similar al de Nadal: rápido de piernas, muy duro mentalmente y que minimiza el error en cada golpe.

 

Sin embargo, el trasandino no es Nadal, sólo se le parece. Y este domingo, el ibérico se encargó de evidenciar la diferencia de talento que existe entre ambos.

 

El mallorquín, salvo los apuros que pasó con su servicio en el juego inicial del primer set -Cañas tuvo dos puntos de quiebre que desperdició-, mandó como quiso, y marcó el ritmo del partido en todo momento, y su rival, bien atrincherado atrás, jugó el papel de secundario de lujo devolviendo cada bola, peleando cada punto y obligando a Nadal a imprimir mayor intensidad en todos sus golpes.

 

Los dos capítulos fueron prácticamente calcados. Porque lo quiso el hispano y porque el argentino no pudo hacer más para cambiar el signo. El manacorense tuvo que emplearse a fondo, porque ante el sudamericano siempre es necesario un golpe más para ganar el punto, ya sea haciéndole correr de lado a lado, hasta sacarlo de la pista con la derecha, o atrayéndolo a la red para dejarlo vendido.

 

Pero el mejor jugador del mundo en polvo de ladrillo sabe que, en su superficie, sólo es cuestión de tiempo que sus rivales caigan, y Cañas, no fue una excepción.

 

El bonaerense lo hizo en el sexto juego del primer set, cuando cedió por fin su saque, para que Nadal se pusiera con ventaja de 4-2 y pudiese cerrar la manga inicial con su servicio (6-3).

 

El guión del primer parcial se repitió en el segundo, aunque Cañas, que estuvo algo más agresivo, aguantó otro game antes de perder su servicio por segunda vez (4-3 y servicio para Nadal).

 

La victoria del español estaba prácticamente decidida, pero si algo tiene el argentino es que no se rinde jamás. El bonaerense levantó una pelota de partido con 5-3 y otras dos con 5-4 y saque para Nadal, que necesitó exprimir su talento al máximo para acabar doblegando al aguerrido adversario. (EFE)